NIS2

NIS2 en acción: Cómo impacta esta directiva en la estrategia empresarial en 2025 

La NIS2 ha dejado de ser un futuro hipotético para convertirse en una realidad regulatoria que ya está afectando la forma en la que las empresas gestionan su seguridad digital. Esta directiva europea, publicada en enero de 2023 y de obligado cumplimiento desde octubre de 2024, marca una transición clave: de la protección reactiva a la ciberresiliencia estructural. 

A diferencia de su predecesora, NIS1, que se centraba en sectores muy específicos y en unas pocas entidades, la nueva directiva amplía el alcance, aumenta las responsabilidades y establece sanciones más severas. Y aunque muchas organizaciones ya han iniciado su adaptación, lo que a menudo se pasa por alto es el verdadero alcance del impacto empresarial de la NIS2. 

Más allá de la mera adecuación documental, la NIS2 exige una revisión integral de la gobernanza tecnológica, la gestión de proveedores y la estructura organizativa de la ciberseguridad. Por tanto, la clave ya no es solo cumplir, sino entender cómo afecta esta normativa al tejido mismo de la organización. 

En este post exploramos cómo la NIS2 redefine las prioridades estratégicas de las empresas, cómo incide en la toma de decisiones de negocio y qué retos concretos plantea en la gestión de riesgos y la cadena de suministro digital. 

Impacto estructural de la NIS2: gobernanza, roles y responsabilidades

Uno de los cambios más relevantes que introduce la NIS2 es la obligatoriedad de que la alta dirección asuma un papel activo en la gestión de la ciberseguridad. Esto supone una transformación profunda en la gobernanza empresarial. 

Cambios en el modelo de responsabilidad 

La normativa deja claro que la seguridad ya no puede ser delegada únicamente al departamento de IT o al CISO. La responsabilidad recae directamente sobre los órganos de dirección, que deben implicarse en la toma de decisiones, supervisión y validación de medidas técnicas y organizativas. 

Esto implica que las juntas directivas deben contar con una comprensión operativa básica de los riesgos digitales y su impacto potencial en el negocio. Ignorarlo puede derivar en responsabilidad directa en caso de incumplimiento o incidentes. 

Nuevos requisitos de reporting y trazabilidad 

NIS2 también introduce exigencias muy concretas de notificación de incidentes, con plazos ajustados (hasta 24 horas en notificaciones preliminares). Esta presión temporal obliga a las organizaciones a establecer protocolos claros, equipos bien entrenados y canales de comunicación internos y externos eficaces. 

Además, deben mantener un sistema de registro y trazabilidad de incidentes que permita no solo cumplir con los tiempos de reporte, sino también justificar ante las autoridades la actuación tomada y su proporcionalidad frente al riesgo detectado. 

Redefinición de los órganos de control 

Las empresas afectadas deberán revisar su estructura interna: definir roles claros, auditar sus políticas de seguridad, implementar simulacros de respuesta y, en muchos casos, ampliar los recursos del área de ciberseguridad. Esta transformación puede implicar reorganizaciones internas, cambios en procesos clave y reestructuración presupuestaria. 

Nuevos retos para la relación con proveedores

Uno de los focos clave de la NIS2 —y una de las áreas menos abordadas hasta ahora— es la gestión de terceros y proveedores tecnológicos. La directiva establece la necesidad de controlar el riesgo que entra a través de los eslabones más débiles de la cadena de suministro digital. 

Evaluación del riesgo de terceros 

La NIS2 obliga a las empresas a evaluar proactivamente la ciberseguridad de sus proveedores, especialmente aquellos que tienen acceso a sistemas críticos o procesan información sensible. Esto implica introducir criterios de seguridad en los procesos de selección, contratación y auditoría de proveedores. 

En la práctica, muchas empresas tendrán que crear nuevos marcos de evaluación de riesgos que incluyan: 

  • Cuestionarios de seguridad específicos 
  • Acuerdos contractuales con cláusulas de ciberseguridad 
  • Revisiones periódicas del desempeño y cumplimiento 

Implicaciones contractuales 

Esta nueva visión de la responsabilidad compartida impone una revisión de los contratos vigentes con terceros. Las organizaciones tendrán que asegurarse de que los SLAs (acuerdos de nivel de servicio) incluyan métricas de seguridad, tiempos de respuesta a incidentes, y compromiso con auditorías o revisiones externas. 

No hacerlo puede exponer a la organización a vulnerabilidades incontroladas y sanciones derivadas de una brecha en un proveedor subcontratado. 

Coordinación y comunicación multilateral 

Otro de los grandes retos es la necesidad de establecer mecanismos de coordinación con múltiples actores: desde socios tecnológicos hasta proveedores de servicios gestionados, pasando por entidades públicas. La NIS2 hace hincapié en la cooperación transfronteriza y sectorial, lo que exige desarrollar canales formales de intercambio de información y respuesta conjunta ante ciberincidentes. 

La clave no está solo en adaptarse, sino en anticiparse: entender la NIS2 como una hoja de ruta para convertirse en una organización más ágil, segura y competitiva. Si quieres más información sobre la NIS2 escríbenos a o llámanos al 967 50 50 24.

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